martes, 29 de septiembre de 2009

Reglas de Oro para Docentes.



Reglas de Oro para Docentes.

1. Resultados, cada cual a su tiempo. En todo grupo hay individuos más listos que otros. Y hay tiempos en que uno constata que un aprendizaje individual es lento. Pruebe de planear tareas o partes del juego con posibilidades de entusiasmar al mejor resultado en ellos. Cuando vea que se logran trate de trasvasarlos al campo ajedrecístico. Siempre tenga en cuenta los tiempos promedio en que un chico de determinada edad y tiempo de aprendizaje necesitan para igualar a otros y no deje de explicar cada vez esta circunstancia.

2. Los horarios completos. En una clase trate de que los chicos no tengan vacíos durante la misma: si planifica trabajar en clase 2 horas tenga material para esas dos horas. Sea puntual al comienzo de cada clase.

3. Respeto y sentido de equipo. En cada grupo de aprendizaje los algunos se van haciendo amigos. No haga sentir diferencias que siempre existen Por ejemplo forme parejas de uno fuerte con uno débil para realizar competencias donde cada uno tenga su papel. los torneos por parejas desparejas tiene el objetivo del compartir que luego tornará en mejores amistades. Que no sean sólo par situaciones de liderazgo con el propio juego.

4. Premios, diplomas y evolución. Toda actividad merece un premio si es bien otorgado. No todos merecen un premio. Acostumbre a los chicos que sólo hay un sólo primero. Los premios consuelo son para los tontos y los chicos no dejan de saberlo. Agradezca la participación con un diploma que lo certifique. Procure buenos trofeos que puedan exhibirse con el nombre del premiado y porqué. Identifíquelos, será un recuerdo para toda la vida. Si entrega un libro, póngale una dedicatoria. No entregue premios en dinero. Trate de tener ciclos en los que se pueda premiar la evolución, por ejemplo, con certificados.

5. Llevar carpeta y análisis. Haga guardar sus partidas. Conservar en una carpeta todo el material de clases es sumamente importante. Relacionar las fases del aprendizaje propio da perspectiva y satisfacción a la tarea de aprender. Conservar recortes de diarios, análisis propios, esbozos de ideas anotadas, archivo de torneos, y estadísticas, apuntes de clases o reflexiones sobre ellas, se constituyen en excelente material para el progreso individual.

6. Planificación de la apertura de cada alumno. Las ideas sobre el repertorio de aperturas tienen que ser siempre de dos maneras: individual o grupal. Tener un repertorio común ayuda al sentido de grupo y alimenta estudios compartidos de las líneas con aportes de todos. Tener cada alumno la selección propia ayuda a la definición de las características que cada profesor provee a cada caso particular de acuerdo a su sicología y necesidades competitivas individuales. Un repertorio lógico se adecua al histórico del hombre: las abiertas, primero, con la táctica y la aceptación de líneas agudas con gambitos, luego las semiabiertas con menor vuelo táctico inicial pero con apoyo en el ataque planificado, luego, las de mínima ventaja central como las de peón dama y semicerradas y finalmente las cerradas o hipermodernas. Aunque dentro de cada apertura se pueden hallar variantes adecuadas a cada paso del planteo histórico de l alumno. No elija las aperturas especulando. Para cada edad su repertorio con evolución. Los chicos no son maestros y no deben jugar aperturas profesionales si no las pueden entender. Llévelos a jugar líneas en contra de sus comodidades (cuando juegan una línea solo porque ganaron con ella). Hágales razonar las aperturas con relación a los principios básicos. Hágales jugar torneos reducidos con apertura obligada.

7. Cuando deja de competir: el compositor o el dirigente. Brinde a cada alumno de su grupo la posibilidad de encargarse de resolver situaciones de organización. Siempre los necesitará como organizador de torneos, como fiscal, como dirigente. Hágales conocer las ideas conductivas de su entorno tanto como las situaciones éticas que acompañan su desarrollo. Y hágalos disfrutar de la composición, tanto como de la solución de problemas, de la belleza del juego en general. El juego práctico es siempre adornado por otras maneras de adoptarlo. En alto rendimiento:

8. Preparación intelectual: las habilidades. Para una correcta comprensión de lo que aprende, enseñe a su alumno cómo se definen y manifiestan las distintas habilidades cognitivas que pone en juego. Muestre cómo funciona su memoria, su capacidad lectora de jugadas, su atención distributiva, su capacidad heurística, el valor de las comparaciones analógicas, su voluntad y resistencia.

9. La confianza en el maestro / entrenador. Prepárese para cuando un alumno lo supere en el juego. La confianza que debe tener en la conversión de profesor a analista o entrenador es un signo de cultivo de la madurez en el alumno y de la creación de su propia independencia intelectual. Y de su servicio y amistad que él pueda comprender.

10. Preparar para la actitud individual. Prepare a cada alumno para las mejores respuestas psicológicas personales. Su comprensión e injerencia en el tema son más que apreciables. Nadie conoce mejor a sus alumnos que el que convive un cierto tiempo con su desarrollo. Cuando sea jugador debe poder sentir que tiene poder propio.

No hay comentarios:

Publicar un comentario